Los dos hemisferios cerebrales
Hemisferio cerebral izquierdo Hemisferio cerebral derecho
Dirige el lado derecho del cuerpo |
Controla el lado izquierdo del cuerpo |
También llamado masculino. Nuestra energía masculina está relacionada con el razonamiento intelectual, el lenguaje hablado y escrito, la capacidad matemática, la lectura, la lógica, la iniciativa, resolución de problemas, la razón, entre otras cosas. |
También llamado femenino. Nuestra energía femenina asociada con la intuición, la emotividad, el sentimiento, la imaginación, la sensibilidad, la creatividad, la imaginación, entre otras cosas. |
Ambos se encuentran en hombres y mujeres indistintamente, aunque el hombre a lo largo de los tiempos ha ejercido y potenciado los rasgos propios del hemisferio izquierdo, siendo más propio de la mujer expresar su parte más afectiva y emocional.
Actualmente cada vez más asistimos a un proceso de integración de ambos polos, siendo cada vez más normal que hombres desarrollen características propias del hemisferio cerebral derecho, es decir, más femeninas, y en el caso de la mujer, incorporen y hagan presente su parte masculina en el marco profesional, social y personal, tomando decisiones, estableciendo metas y objetivos, resolviendo, compitiendo, etc.
Para dirigirnos hacia una realización completa es importante ir hacia la integración de ambas partes y poder ejercer la diversidad de roles, movernos en todas direcciones, saber canalizar y utilizar nuestra energía masculina y femenina, pudiendo elegir cómo y qué queremos mostrar y potenciar en cada momento.
Relacionado con lo anterior se podría rescatar y hacer una breve mención al famoso dicho de: “ en busca de mi media naranja”, que representa la equivocada idea de necesitar del otro para sentirme completo. La media naranja incompleta que simboliza predominios de rol muy diferenciados que necesitan de la otra mitad para “sobrevivir”. Por ejemplo: en una pareja uno de los miembros es el que siempre lleva la voz cantante, el que decide, el que organiza, y el otro siempre está a la espera del otro, como a la sombra. Aparentemente se establece un equilibrio entre ambos que puede resultar operativo para la pareja, y que es lícito. El equilibrio es positivo siempre y cuando haya cabida a la diferencia, al cambio, a la flexibilidad, si se trata de una estabilidad rígida e inamovible es cuando se enraízan conductas y pautas dependientes debido a que predominan unos roles y unas pautas muy determinadas en la pareja. Muchas de estas pautas llevan implícito el “yo te necesito”, “sin ti no puedo” y otra serie de frases que realmente no son reales.
Tomando conciencia de que en nosotros reside la libertad de ser cómo queramos, y que todo ese amplio abanico de posibilidades de Ser, reside en nosotros, entonces dejaremos de pensar que necesitamos del otro para sentirnos seguros, queridos, útiles…y lo trataremos como una elección.
Es interesarte verlo como una asociación de dos naranjas enteras que se encuentran unidas para crecer y evolucionar, en un equilibrio de armonía.
“El amor cooperativo implica a dos individuos independientes, completos y afines que eligen vivir la vida unidos y superar sus diferencias”. Jane G.Golderbg
Arancha Echávarri
Sabado y Domingo: Cerrado
0 comentarios