Cómo sentirse en Plenitud
Cada uno de nosotros tendrá su propio significado de lo que es la Plenitud, y cómo y cuando nos sentimos plenos. Sería oportuno iniciar con la gran pregunta: “¿qué es para mi sentirse en plenitud?”.
Vivimos muchos momentos de plenitud al cabo de nuestra vida, para muchos conseguir sus objetivos y metas, (el deseado ascenso en el trabajo, dejar de fumar, tener una relación de pareja con la chica/o que me gusta..la aprobación de tu madre, y una infinita lista de ejemplos…) nos facilita y nos conecta con una sensación de alegría, de sentir que todo es posible, llenos, en plenitud..
Lo que ocurre es que muchas veces esos momentos de sentirse así, duran un determinado tiempo, a veces son sólo unos meses, días, horas, e incluso minutos, dependiendo del tiempo en que volvamos a “llenarnos la cabeza” de preocupaciones, nuevos objetivos, deseos, expectativas, agobios, pensamientos negativos…es curioso lo fácil y lo poco que tardamos en desconectarnos de ese sentimiento de plenitud, de creer en uno mismo, para volvernos a apegar a todo lo que está fuera de nosotros, a nuestro mundo externo y así nos convertimos muchas veces en “marionetas” de nuestras circunstancias.
Seria una vivencia mucho mas real, profunda y sobre todo mas duradera, llegar a entender la plenitud como un estado del ser humano, consecuencia de adentrarnos en nuestro interior, y ver y aceptar nuestro ser tal como es. Ordenar nuestro mundo interior de pensamientos, actitudes, y sentimientos con el mundo exterior de acciones, palabras y relaciones. Si vivimos interiormente confusión, habrá confusión afuera.
Cuando iniciamos esta “práctica” empezamos a crear paz en nuestro interior, mayor positivismo, y un fluir diferente, como sentirse más ligero…
Es clave ser sinceros con nosotros mismos y ser honestos, que exista una coherencia entre nuestro mundo interior y lo que luego exponemos en el exterior, en el día a día.
Saber quien eres, y lo que realmente quieres, (y no lo que te digan los demás, o lo que estés acostumbrado a escuchar de fuera), nos facilita enormemente el camino a la integridad para con uno mismo y los demás. Elegir este camino es elegir el camino de la libertad, la armonía, y la plenitud libre de los acontecimientos externos, convirtiéndose así en una elección personal.
Es una cuestión de responsabilizarnos de nuestra forma de pensar, sentir y responder a las situaciones y a los demás. Es muy útil la auto-observación, es importante no perdernos de vista, estar conectados, y así desde esa conexión con tu ser, desde esa armonía, podemos ver, pensar, sentir y actuar de formas nuevas y creativas frente a una situación de bloqueo, o en cualquier otro tipo de escenario.
El sentirnos satisfechos y en plenitud pone los cimientos de la felicidad, es conveniente apreciar, valorar y agradecer lo que somos y lo que hemos conseguido, aunque también es importante ser conscientes de que hay mucho que aprender y mantenernos abiertos a nuevos aprendizajes… empezando por uno mismo.
Arancha Echávarri
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