Vivir cada instante Presente es Vivir
El sentido de la vida hay que hallarlo mientras vivimos, y cuando digo mientras vivimos, no me refiero a vivir desde un torrente de pensamientos que frecuentemente nos sitúan hacia el pasado, el futuro…y vuelta a empezar, perdemos en nuestro discurso mental sin aterrizar en el instante que tenemos. Nos cuesta realmente mucho trabajo ser conscientes de cada momento. Podemos estar físicamente en cualquier parte, incluso en algún lugar que nos guste especialmente, y tener la cabeza viajando a todas partes.
La vida es un continuo y constante de instantes, un sin fin de momentos, que ligados unos a otros van tejiendo nuestro día, nuestro discurrir cotidiano. Este es el verdadero milagro que continuamente se produce y ante el que tenemos vendados los ojos en infinitas ocasiones. Dejar que los hechos calen en nosotros y nos agiten el corazón por lo que son en sí mismos y no por las ideas que desarrollamos a partir de ellos y que, realmente, los difuminan perdiendo así su transparencia, claridad y la fuerza propia que poseen.
Implicarnos y comprometernos con la vida es vivir plenamente el presente, con todo lo que hay, no existe otro más. Lo demás es tiempo mental que usamos para organizar nuestra vida, no para desconectar del presente y dejarse llevar. Muchas veces para llegar al entendimiento es muy útil revisar el pasado y entender qué motores nos han empujado a actuar como lo hemos hecho, y a colocarnos en donde estamos, el pasado como entendimiento y para ampliar conciencia en y para nuestro presente, no para anclarnos, culpabilizarnos, y vivir desde ahí restando nos oxigeno y fuerza en nuestra vida actual.
Es aquí donde todo está teniendo lugar, donde podemos sentir, sonreír, llorar, pasear, compartir, amar… pero por lo que sucede ahora, no por lo que sucedió o pueda suceder.
Desde aquí creamos y construimos un camino hecho de infinitos pasos que tomamos en nuestro presente, cada instante es un paso más, si además el presente va dotado de un sentido, tener un sentido de vida, y si esos pasos van dirigidos a vivir en comunión con ese sentido… el sentido se convierte en nuestra fuerza motriz y en un empuje, es un ancla al presente.
Tenemos la virtud de decidir cómo enfrentarnos a los hechos, a las circunstancias aunque no podamos elegir a menudo esos hechos que nos presenta el día, no siempre sabremos que nos traerá el fluir de la vida… por ello la actitud y el sentir con el que nos acercamos ante aquellos hechos que no podemos cambiar, que se presentan y sólo cabe aceptar…es fundamental para nuestro bienestar y armonía.
El antídoto del vacío que nos provoca la falta del sentido de la vida no es la evasión, ni los fármacos, sino la apuesta por la autenticidad o el vivir en la responsabilidad con uno mismo y con lo que uno quiere. Una persona vive de manera auténtica cuando trata de hacer de su vida un proyecto personal, un proyecto/s que sea cual sea nos lleve a vivir presentes en el presente, a ser aquí y ahora.
Una invitación a vivir el instante presente.
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